martes, 5 de marzo de 2013

Diario de Viaje - Parte II - Sierra de la Ventana

Despues de darnos cuenta que no teniamos más nada que hacer en Carhue, Juan tomo la iniciativa y recomendo seguir viaje hacia las Sierra Bonaerenses, que ninguno de los dos conocia.
Asi fue que llegamos a Sierra de la Ventana.
El viaje volvio a ser en el querido Renault 19 mod 94 de Juan, que siempre se porta tan bien..
Lo que más recuerdo del viaje fue la sensacion que creo que ambos tuvimos al ver las sierras desde Pigue.
Que lindo seria el mundo sin humanos y con muchas montañas, nubes, sol.. que feliz me senti.
La entrada a Sierra de la ventana la hicimos por la ruta 72 si no me equivoco.
Es increible la belleza de la naturaleza en Tornquist.
Descubrimos en el viaje que el gps no mostraba a que altura estabamos del nivel del mar, creo que el pico maximo fue de 538 mts, pero ya lo corroborare con Juan.
La tarde que llegamos conseguimos una cabaña  con patio gigante, donde los perros pudieron correr tranquilos y contentos.
Teniamos parrilla, horno de barro!!! y todas las comodidades que necestabamos despues de tres dias en carpa (ya no estamos para dormir en el suelo y los años nos pesan)
Ya comodos, recorrimos distintos lugares, villa la arcadia, el cordon esmeralda, Saldungaray, y fuimos y vinimos mil veces sacando fotos a las sierras.
Tambien nos metimos al rio Sauce Grande con los perros, quienes despues prefirieron dormir sobre las piedras mientras tomabamos fernet y apreciabamos los hermosos paisajes que nos daba la naturaleza para nosotros solos.
Si, tuvimos la suerte que no habia mucha gente, lo cual fue genial.
Un solo dia lo pasamos relativamente mal, que fue cuando se nos escaparon los perros.
¿Como paso? Silvia, la dueña de la cabaña nos aseguro que tenia todo el predio cerrado ya que ella tenia 4 perritas, pero Juan, como siempre es un poco desconfiado decidio recorrer el patio (que como mencione era gigante) y encontro un par de huecos.
Un tarde yo me sentia con malestares (mucha comida chatarra) y me acoste, fueron menos de 4 minutos que los perros estuvieron solos que sin más que perder, desaparecieron.
Le dije a Juan que salia a tomar aire, y cuando sali, ya no estaban, los llame, grite, chifle, y nada.. al toque mi vida agarro el auto y empezo a dar vueltas, nada... corrimos a avisarle a la dueña, ella se comunico con un grupo proteccionista de animales, seguiamos con la busqueda.
El primero en aparecer fue Lobo, mi perro, el más chiquito, que volvio por el hueco que se habia ido.
Roco, el más grande aparecio despues.. y finalmente todos felices, menos la pierna de Juan que se lastimo con un rosal al saltar al patio del vecino (es que justo lo habia visto a Roco en el patio continuo y decidio saltar, pero cuando despues de cruzarse de medianera el perro otra vez se habia perdido..)
La frase del momento fue "Era fija que los perros se nos perdian aca", por suerte aparecieron, yo en un momento me imaginaba a los perros cual cabritos felices saltando por las sierras..
Sinceramente más alla del incidente de los perros, la pasamos genial, yo la pase genial.
Es inexplicable la paz que se siente en sierra o tal vez por que estabamos de vacaciones, pero era todo como un mundo paralelo.
Me gustaria que mi vida fuera asi siempre.
Cuando finalmente recorrimos todo Sierra de la Ventana una mañana nos levantamos decididos a ir a Bahia Blanca.                  

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